Cuento para pensar...
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Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo... Triste intentó averiguar la razón...
El roble, moría porque no podía ser tan alto como el pino.
Volviéndose al pino, lo alló caído, porque no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid, se hundía porque no podía florecer como la rosa.
La rosa estaba llorando porque no podía ser tan alta y sólida como el roble.
Y así... hasta que entre todo su jardín encontró una planta. Era una fresia, florecía y estaba más fresca que nunca...
El rey preguntó... ¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín tan sombrio?
Y ella respondió... "No lo sé... Quizás porque siempre supuse que cuando tú me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un roble o una rosa, los habrías plantado... y en ese momento me dije que intentaría ser fresia de la mejor manera que pudiese serlo"
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Así es... Estamos en este mundo para contribuir con nuestras propias "fragancias"
Somos como somos, porque así tenía que ser. No hay posibilidad de que seamos otra persona.
Aprovechemos! Disfrutemos nuestra propia experiencia y entreguemos aquello que sólo nosotros mismos estamos determinados a dar...
Cada uno tiene su propio brillo y personalidad... ¡Simplemente, Vivamos!
¡que lindo y positivo!, me encanta el trasfondo de esta historia. Hay que aceptarse y quererse como uno es, y hacer las cosas con ganas y proyectar esa energía a los demás, para compartir, la vida, las alegrías.
ResponderEliminarYo me creo la mejor fresia del mundo, ja, ja e intento serlo
Besos querida amiga