miércoles, 10 de diciembre de 2014

Amor por la vida...

Hace poco estuve en un seminario donde un extranjero contaba que viviendo en Europa, las cosas eran demasiado fáciles para él y no sentía amor por la vida; pero que aquí en Latinoamerica encontró lo que buscaba, y que ahora ama vivir... Él dijo con claridad, que no es que todos los europeos piensen como él, pero él se sentía así y era su propia experiencia.

Más o menos hace una semana vi un video de una adolescente de no sé cuántos años, que le explicaba a su mamá lo que sentía producto de la depresión, creo que aguanté verlo por menos de un minuto porque era verdaderamente deprimente, cómo ella aborrecía vivir y cómo otra gente le aplaudia por ello (esto último fue lo que más me chocó)...

Creo que el amor por la vida es más dificil hoy que nunca. Nuestro entorno nos dice cómo debemos vernos, cómo debemos vestirnos, cómo debemos caminar, hablar, incluso lo que debemos tener (Casa, Auto, etc) "para ser felices"... Nos llenan de mensajes como "La vida es ahora" "La felicidad en una botella", etc... La sociedad gira en torno a la imagen que das al resto del mundo (Famosos selfies), como si de ello dependiera la felicidad "Mira, estando flaca vas a ser feliz... comprando cosas vas a lograr lo que quieres"... Pero todos esos mensajes hacen olvidar al mundo interior, y entonces aparece la depresión... ¿Cómo es que teniendo todo no eres feliz? ¿No sabes cuánta gente está peor que tú? ¿Cómo es que pese a que no necesitas hacer nada para tener las cosas, igualmente no eres feliz?...

Hoy falta Dios, falta autoconocimiento y también desarrollo espiritual... Uno jamás termina de crecer y de aprender, cada día puede darte una lección de vida y demostrarte que todo lo que creíste siempre estuvo equivocado, rompes tus paradigmas y entras en un estado de incertidumbre tan grande que simplemente te quedas en shock.

Todos tenemos una voz interna que nos dice que debemos tener cuidado, que las cosas pueden empeorar, que debes defenderte del mundo... Esa es la voz del miedo y muchas veces la escuchamos mucho más que a nuestra propia cordura.

La felicidad es un estado mental, pero nadie dijo que sería fácil.